Invierno 2013 / Primavera 2014
Volumen 1, Número 2
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Aporta datos sobre los estudios psicológicos y etnográficos de diversos autores, principalmente españoles, aunque advierte que, si bien reconoce el valor de los estudios centrados en lo “extrínseco”, “por lo que atañe a lo intrínseco, nadie puede vanagloriarse de haberlos retratado con absoluta fidelidad”. Proporciona citas y reseñas de las obras “más autorizadas” sobre la psicología de los nativos y propuestas de cuadros de filiación de las razas, entre los que recoge los de Fray Gaspar de San Agustín, el jesuita J. J. Delgado, el P. Murillo Velarde, Sinibaldo de Mas, J. Mallat, los agustinos Buceta y Bravo, Blumentritt, Barrows. Resume el apartado con un balance sobre los estudios seleccionados:…hicieron una nueva clasificación: indios del interior é indios del litoral; los del interior se subdividían en negritos, [...], é igolotes, [...]; y los del litoral en gentiles, malayos [...], y mahometanos o moros, malayos también y llegados a aquellas islas después de los demás mencionados. Pero a medida que se extendía la acción conquistadora de los españoles a lo que iba unida la civilizadora de los misioneros, más se iban destacando las naciones de los indios con sus idiomas correspondientes y a fines del siglo XVI se catalogaban ya la bisaya, tagala, pampanga y otras; naciones todas ellas que con el tiempo quedarían divididas en dos clases, á saber, las políticas, formadas por los tagalos, pampangos, ilocanos, pangasinanes, cagayanes, bicolas, bisayas y moros de Mindanao y Joló, es decir, indios que tenían religión positiva, y las bárbaras que las constituían los negritos, zambales, tingues, manguianes, ilayas, igorrotes, subanos, manobos, tagaboloyes y otros […] ó sea, los gentiles, denominados más comúnmente infieles [...]”.
En cuanto a la evolución de las razas, indica que han perdido su interés para los estudios etnográficos por la disolución de su pureza racial. El cruce de españoles con filipinas se produce desde los primeros momentos de la conquista, pero los rasgos de los primeros no son nunca dominantes. Señala la incapacidad de la raza blanca para soportar el clima, el paludismo y las altas temperaturas, y vaticina la desaparición de los vestigios raciales hispanos frente a la fortaleza del cruce entre chinos y filipinas. El núcleo genuino de la población es el indígena, pero es ineludible reconocer modificaciones derivadas de la mezcla de las razas china y española principalmente. También relacionado con este aspecto, elabora un inventario exhaustivo de los idiomas propios de los filipinos y destaca la gran cantidad de tribus existentes, que impide su inclusión en esta entrada por lo que remite a las correspondientes para cada una de ellas.Hasta bien mediado el siglo XIX, todas las descripciones, con leves variantes, coinciden […]. Sin embargo, debe reconocerse con toda imparcialidad que en semejantes descripciones, fruto, más que de una observación objetiva, de una impresión subjetiva, entraban por mucho los prejuicios raciales y políticos. Además, la evolución del archipiélago ha sido tan rápida y el progreso de sus habitantes tan notorio que hoy, convertidos los antiguos indios colonizados en ciudadanos filipinos conscientes, constituyen un pueblo admirable, el único del Extremo Oriente con ideales y cultura cristianos y modernos, un verdadero oasis occidental en aquellos remotos mares.
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